"Mi carrera universitaria no se entendería sin Mirada 21"

El alumni UFV Pablo Gallinar (Com. Audiovisual 2022) comparte sus primeros años de experiencia laboral en Cadena 100. La radio siempre ha estado muy presente en su casa y con el tiempo decidió que esa podría ser también su vocación.  Gallinar destaca cómo las  prácticas formativas que realizó en Onda Universitaria le han abierto las puertas en los medios. A los dos días de haberse graduado, lo fichó Cadena 100, radio en la que ya había realizado años antes prácticas.  

P: ¿Cómo descubriste tu pasión por el mundo de la radio?
R: ¡Hace mucho, yo tenía 14 años! Las matemáticas siempre se me dieron mal. Mi padre siempre me había inculcado que la música se escuchaba en la radio y yo llevaba mucho tiempo sin escucharla. Un día decidí poner la radio para hacer los deberes de matemáticas y me gustó tantísimo la confianza que me dio el locutor y la música que puso; que a partir de ahí empecé a escuchar la radio todos los días, ¡pero todos! Con el tiempo empecé a pensar que a lo mejor me podía gusta la radio no solo como oyente, sino como locutor o realizador. Y a partir de ahí lo tuve claro. La radio me ayudó mucho, tanto a tener confianza en mí mismo, como a mejorar mis relaciones personales.

P: ¿Qué es la radio para Pablo Gallinar?
R: Es muchas cosas. Yo soy de Gijón y me tuve que cambiar de ciudad para estudiar. Todo lo que rodea mi vida ahora mismo no se entendería sin la radio. Es mi trabajo, es mi vida laboral; pero también ha influido mucho en mi vida personal, en la gente que conocí en la Universidad Francisco de Vitoria (UFV), la gente que he conocido en mi trabajo y la gente que he conocido a raíz de él.

P: Tuviste la oportunidad de comenzar en la radio de la UFV. ¿Qué destacarías de tu paso por Onda Universitaria?  
R: Creo que mi carrera universitaria no se entendería sin Mirada 21. Las clases son una cosa, pero llevarlo a la práctica día tras día, durante cuatro años… Al final te acabas convirtiendo en, por así decirlo, como un maestro. Pones en práctica todo lo que ves en clase a diario, como si fuese un trabajo. Además te exigen y tienes a una persona que está pendiente de ti, en mi caso fue Alfredo Arense. Al final te llevas muchas cosas y muchos de mis amigos cercanos los hice ahi. Es más, cuando terminé la universidad me dio más pena porque terminaba mi paso por Onda, que por terminar la carrera.

P: ¿Qué siente Pablo Gallinar al sentarse delante del micrófono de Cadena 100?
R: Yo soy como un niño pequeño. En ese momento me centro y el resto de cosas dejan de existir. Soy feliz cada vez que tengo programa.

P: Has presentado grandes eventos de Cadena 100, como el concierto Por ellas. ¿Cómo has vivido esos momentos?
R: 12 días después de haber llegado a Cadena 100 se hacía en el Wanda Metropolitano el concierto por el 30 aniversario de la cadena. Yo no presenté ese día, pero fui y aluciné. El año pasado sí presenté La noche de Cadena en el WiZink Center. Y aunque había ensayado, cuando sales allí y ves a toda aquella gente… ¡Qué nervioso estaba!

Pero te da una sensación tan chula… Por ellas lo disfruté tanto porque además la audiencia está súper entregada. Sientes el calor de la gente. Es una manera distinta, porque al final tú aquí hablas, no sabes para quién hablas y esa es la magia de la radio. El oyente no sabe quién eres tú, sólo te conoce por la voz aunque puede meterse en las redes sociales y verte.

P: ¿Ha cambiado mucho ese chico de Gijón que se encerraba a hacer radiofórmula en el estudio de la universidad, a este locutor que entretiene a miles de personas cada fin de semana?
R: Tampoco ha cambiado tanto. Evidentemente he mejorado mucho, pero sigo siendo ese niño que sigue teniendo la ilusión del primer día.

P: ¿Qué consejo le darías a los jóvenes universitarios que está iniciando ahora la carrera y que sueñan con llegar a ser un gran locutor de radiofórmula?
R: ¡Que no paren de hacer cosa!  Muchas veces la gente me dice, a mí y a otros: “qué guay que has conseguido hacer esto o trabajar en tal sitio”. Pero claro, a lo mejor no saben que ese chaval echaba 14 horas diarias en la universidad entre las clases, las horas de beca en onda universitaria y las cosas que le daba la gana hacer para seguir mejorando… Al final, todo trabajo tiene su recompensa. Pero no todo es trabajo en esta vida. A veces tienen que darse una serie de circunstancias: que sea el momento correcto y que seas la persona correcta… Pero si hay una cosa que te gusta de verdad, tienes que luchar por cumplirla. Los sueños no llegan solos, si quieres que se hagan realidad tienes que currártelo.